Tras el parón ocasionado por la pandemia del Covid19, este año, por fin, la Asociación Hisn Atiba ha podido retomar sus tradicionales viajes culturales organizados para dar a conocer a todos nuestros socios y socias el rico patrimonio cultural andaluz. Esta vez la ciudad escogida ha sido la sevillana Écija, antigua Astigi romana y, por tanto, capital del convento al que pertenecía nuestra civitas del Cortijo del Tajo.
Nuestro autobús salía a las 8,00 de la mañana y directamente nos dirigimos hasta Écija donde llegamos un poco más tarde de las 9,00. Tras desayunar en las inmediaciones de la estación de autobuses el grupo tuvo que separarse en dos para cumplir con los protocolos anticovid. A cargo de cada subgrupo quedó una de las dos guías que nos acompañarían a lo largo de la mañana: Marga y Cristina, de Local Looks Tour, dos excelentes profesionales (arqueóloga e historiadora del arte respectivamente) que nos hicieron vibrar con sus magníficas explicaciones sobre el patrimonio histórico astigitano.
En primer lugar ambos grupos nos dirigimos al Museo Histórico Municipal de Écija, situado en el Palacio de Benamejí, soberbio edificio barroco construido a principios del siglo XVIII por orden de los marqueses que le dan su nombre. A lo largo de las diversas salas del Museo nuestras guías fueron desgranando las piezas y colecciones más importantes atesoradas por la institución, destacando, por encima de todas, la espectacular estatua de la Amazona Herida, encontrada en 2002 en las excavaciones llevadas a cabo en la Plaza de España de Écija. Se trata de una pieza realmente importante a nivel mundial (solo existen cuatro en todo el mundo) por su calidad estética y su buen estado de conservación. Además es la única que ha aparecido fuera de Roma. También de una importancia capital es la magna colección de mosaicos romanos de las excavaciones llevadas a cabo en la ciudad, destacando el de las Estaciones del Año, el mosaico del “Don del vino” o el Triunfo báquico de la Plaza de Santiago. Otras piezas realmente importantes y únicas que pudimos disfrutar son el Cancel de bronce sobredorado (no existe ninguno más en el mundo), una pieza decorativa que formaría parte de la decoración de un templo de época augustea, las diversas estelas tartésicas de guerrero, los capitales romanos, las cerámicas andalusíes y un largo etcétera de importantes piezas arqueológicas. Aunque apenas nos dio tiempo a visitarlas también merece la pena destacar las Caballerizas de la planta baja del Palacio.
Tras sacarnos la foto de rigor en la puerta del Museo, los grupos nos dirigimos a la Plaza de España, lugar en el que pudimos ver someramente los restos del estanque romano allí situado, único espacio arquitectónico que fue respetado tras las excavaciones que allí tuvieron lugar a principios del siglo XXI con carácter previo a la remodelación de la plaza. Más allá de la importancia del estanque, el cual formaba parte de un templo situado en el área del foro de la antigua Astigi, a todos nos quedó la reflexión sobre la destrucción del resto de estructuras arqueológicas allí aparecidas y que cubrían la práctica totalidad de la plaza, perdiéndose así una importantísima porción del patrimonio arqueológico de la ciudad. Por desgracia esos hechos sucedieron y, lo peor, siguen sucediendo…
-El grupo viajando a Écija-
-Una de nuestras guías nos explica las características de la estatua de la Amazona Herida-
-Uno de los grupos ante el mosaico de Las Nereidas-
-Nuestra guía nos muestra el mosaico del Triunfo de Baco-
-Aquí se nos explica el mosaico báquico del Don del vino-
-En esta sala se nos explicó las particularidades del Cancel de bronce sobredorado encontrado en la excavación de la Plaza de España
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-El grupo delante del Museo-
-Aqui se nos explicaba el Estanque Romano de la Plaza de España-
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