Crónica de la visita cultural a Medina Sidonia y Arcos de la Frontera III

8 de octubre de 2016

 

Tras la visita al Museo etnográfico lo siguiente era visitar el Museo arqueológico. En la planta sótano del mismo, no obstante, nos esperaba una sorpresa, puesto que allí se puede visitar un magnífico conjunto arqueológico compuesto por restos de habitaciones de casas romanas, una serie de criptopórticos (estructuras constructivas cuya misión principal era soportar y nivelar construcciones superiores) y, lo más impresionante de todo, una buena parte del sistema de alcantarillado de la ciudad romana de Assido. Este alcantarillado se encuentra en un magnífico estado de conservación y es uno de los más importantes descubiertos en el mundo romano, lo que nos muestra el grado de urbanización de Assido. Las galerías que forman el alcantarillado han sido fechadas en el siglo I d.C. y se construyeron a base de sillares de arenisca con bóvedas de medio cañón. En dichas bóvedas se pueden ver los arranques de las conexiones de la cloaca con los distintos edificios que se situarían arriba de ellas.

Tras una visita que nos dejó impresionados, subimos a la parte de arriba del edificio, en la que está instalado el Museo Arqueológico de Medina, el cual posee unas magníficas colecciones de piezas correspondientes a las distintas fases históricas de la ciudad. Destacan, como no podía ser de otra manera, las piezas romanas, con buenas colecciones de cerámicas, cabezas de estatuas, exvotos de terracota, puntas metálicas, etc.

Tras la visita museológica y para seguir comprendiendo y admirando la riqueza y potencia del patrimonio arqueológico romano asidonense, Chari nos llevó a otro de los hitos patrimoniales del municipio: la calzada romana. Se trata de un tramo de calzada descubierto hace veinte años y que se sitúa a cuatro metros por debajo de la actual calle. Está construida con grandes losas de piedra y dispone de aceras a ambos lados. La calzada tiene una anchura de cinco metros, lo que permitiría el paso de dos carros a la vez. Bajo la propia calzada discurría, a su vez, una cloaca de un metro de altura que canalizaría las aguas pluviales y residuales para impedir el encharcamiento de esta. En las aceras se pueden contemplar dos tableros de juego grabados en las losas en las que los habitantes de la ciudad (probablemente los niños) pasarían buenos ratos de distracción. Lo cierto es que se trata de un espacio monumental que merece la pena ser visto para poder hacerse una idea del nivel urbanístico que se había alcanzado en nuestras tierras dos mil años atrás.

 

-El grupo pasando bajo el Arco de la Pastora, una de las puertas de la ciudad construida en tiempos califales (siglo X) y cuyo nombre es debido a la imagen existente en la hornacina del interior-

 

-Contemplando el conjunto arqueológico romano-

 

-Más aspectos de este conjunto arqueológico-

 

-Esperando para poder acceder a las alcantarillas-

 

-Nuestros amigos Antonio y María José en el interior de las impresionantes alcantarillas-

 

-Una vista desde lo alto de las habitaciones romanas-

 

-Conjunto de cerámica "terra sigillata" del Museo arqueológico-

 

-Magnífica colección de exvotos de terracota del Museo Arqueológico-

 

-Colección de puntas de flechas romanas del Museo Arqueológico-

 

-Las cabezas de tres magistrados romanos. Las de los extremos corresponden al siglo I d.C. y la del centro corresponde al Siglo XXI-

 

-El grupo asiste interesado a las explicaciones de Chari sobre la calzada romana-

 

-Pudimos deambular por la calzada cual romanos del siglo I d.C.-

 

-Uno de los tableros para juegos grabados en la acera de la calzada-

 

-Curiosa contraposición urbanística: política versus religión-

 

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