Patrimonio Moderno y Contemporáneo

Al igual que el resto de épocas de la Historia, las edades modernas y contemporáneas serán ricas en vestigios y acontecimientos en nuestro pueblo y sus tierras de forma tal que constituirá un lugar clave en esta zona andaluza para el estudio del desarrollo histórico andaluz.

La Edad Moderna constituirá el momento de surgimiento y desarrollo del Condado de Teba, un momento en que la familia de los Guzmanes tendrá el control político y jurisdiccional de la práctica totalidad de la actual Comarca del Guadalteba. De esta época es el patrimonio arquitectónico mueble e inmueble religioso que hoy día atesora la villa, destacando, sin duda la actual Iglesia Parroquial, terminada de construir en 1714, la portada y algunos restos más del Convento de San Francisco y algunos vestigios de las cuatro ermitas que llegó a tener el casco urbano.

Estos momentos de la Edad Moderna están perfectamente documentados en el riquísimo Archivo Municipal que atesora documentos valiosísimos y bien conservados entre los que destacan los referidos a los múltiples pleitos que el Concejo de Teba y sus vecinos tuvieron con los habitantes del vecino pueblo de Campillos en uno de los episodios más curiosos de la Historia Moderna de nuestras tierras.

Por ellos sabemos las condiciones sociales y económicas del momento, con abundantes epidemias y hambrunas que se iban agravando a medida que el Concejo se iba quedando sin tierras propias por las ventas realizadas por la Corona. La agricultura y la ganadería, junto con otras industrias y manufacturas secundarias estaban en la base de la economía de estos momentos en los que la vida religiosa de Teba llegó a ser tan intensa que a finales del Siglo XVIII más de treinta clérigos gobernados por un vicario servían los diferentes edificios de culto existentes.

El Siglo XIX destacará por el nacimiento del movimiento obrero, provocado, sin duda, por las duras condiciones de subsistencia que la legislación desamortizadora impuso al privar a las capas más desfavorecidas de la población de uno de sus principales sustentos: las tierras comunales.

El asociacionismo obrero y los conflictos sociales fueron una constante durante el primer tercio del Siglo XX con acontencimientos tan trascendentales como la Revolución de octubre de 1934 o la propia guerra civil, tan trágica para los habitantes de Teba.

Tras los años de represión y hambre de la posguerra, un lento resurgir a partir de los años cincuenta junto al fenómeno de la emigración trajeron una mejora de las condiciones de vida a la vez que un descenso de la población hasta el advenimiento de la democracia en 1977, lo que supuso un acrecentamiento del bienestar y el final del acusado estancamiento demográfico de los años 60-70.

De la época contemporánea es la actual arquitectura doméstica de la villa, en la que destacan un buen número de casas solariegas y algunos palacetes de destacada belleza.